El trazado del campo de juego es proyectado a los 2,5 m de altura por un alambre que circunda la cancha siendo reconocido al tacto de la parte superior de los conos (la cal habitual que demarca la cancha se reemplaza por ser invisible de noche). El juego es nocturno, de modo que los jugadores tienen iluminación propia generada por dos o tres antorchas secas. A su vez la pelota es neumática, con manillas y con una luz intermitente. Las tres antorchas en el extremo superior del traje deben ser capaces de iluminar un disco de color en la oscuridad (amarillo o rojo). Cada jugador tiene un color asignado, ubicado en la parte superior de su guante que indica a que grupo pertenece. La estructura del guante es sostenida por el jugador a través de un punto fijo: una plantilla de madera con una huincha que permite meter el pie. La plantilla esta armada con una bisagra con el objeto de que el pie tenga flexión solo caminando hacia atrás. La pelota que cae dentro del cono, se saca con la mano izquierda y se lanza a los compañeros de equipo que se tienen por delante. La dificultad en el manejo del guante, requiere de entrenamiento previo.